18 de julio de 2013

Símbolos del arte paleolítico: ¿Código universal?


La aparición de la escritura responde a una necesidad del Hombre de transmitir conocimientos, fijar las tradiciones de los pueblos antiguos, y comunicarse entre sí. Pero su surgimiento no fue una explosión, sino un largo proceso, que tal vez comenzó con los  primeros símbolos dejados en las rocas, fragmentos de piel, madera o hueso, durante el Paleolítico, y que poco a poco se van convirtiendo en pictogramas e ideogramas, ideas y conceptos con un significado establecido, y que comienzan a aparecer de forma recurrente. Desde hace decenas de miles de años aparecen estos símbolos que se repiten una y otra vez, en espacios geográficos y temporales muy distantes. Espirales, cruces, escaleras, ángulos, círculos, semicírculos, manos en negativo y positivo, líneas serpenteantes, zigzags… ¿Por qué?
Pollurua (Paclas, Amazonas, Perú). Foto: Arturo Ruiz Estrada 2008
Punta del Este (Isla de la Juventud, Cuba)
Foto: Adolfo López 2003

Introducción. Pueden haber tenido un origen común y formado parte de un código de comunicación o transmisión de ideas, difundiéndose a través de viajes y migraciones, o tal vez fueron el resultado de una estructura cerebral cognitiva universal. En la antigüedad, estas expresiones artísticas eran normalmente producidas por chamanes, que actuaban bajo el efecto de plantas alucinógenas, con las que conseguían estados alterados de conciencia, que generan imágenes mentales similares a lo largo del tiempo y el espacio. Incluso esta percepción e interpretación de la información sensorial, similar en diferentes contextos espaciales y temporales, podría generarse sin necesidad de recurrir a estados alterados de conciencia. Todavía no tenemos una respuesta cierta a este problema, pero lo que sí parece muy posible, es que sean el paso previo de la escritura. Es muy probable que estos símbolos, primeros intentos de comunicación, hayan derivado y evolucionado hacia los alfabetos. Y los más antiguos, al igual que los símbolos del arte paleolítico, comparten infinidad de signos. El vinca (de parte de la actual Europa del Este, 4000 a.C.), el de la cultura Banpo (de China, 4700 a.C.), el de la cultura macedónica (de Grecia y Anatolia, hasta 7000 a.C.) y los proto-griegos (hasta 5250 a.C.), son los alfabetos considerados más antiguos. Todos, presentan signos que se repiten. ¿Tendrán un origen común? ¿Serán producto pues, de migraciones e intercambios? ¿O se deberá, tal vez, a una estructura cerebral cognitiva universal, relacionada con la ingesta de sustancias psicoactivas? 
Ejemplos de patrones dinámicos exhibidos bajo el sistema de reacción-difusión
Gray-Scott. Espirales, ondas, puntos, laberintos... Nathaniel Virgo 2011
1. La intervención de sustancias psicoactivas
Los patrones geométricos encontrados en pinturas prehistóricas son consistentes con los modelos geométricos de las “inestabilidades de Turing” (nombre científico para la reacción bioquímica en el cerebro que la vincula a una propensión a ciertos patrones gráficos), lo que sugiere un sustrato común que podría ser explicado por el uso ritual de sustancias psicoactivas. Las pinturas de las cavernas hechas por nuestros ancestros del Paleolítico pudieron haber sido realizadas bajo trance con plantas psicoactivas, según propone una nueva investigación realizada conjuntamente por los matemáticos Takashi Ikegami de la Universidad de Tokyo y Tom Froese y Alexander Woodward de la Universidad Nacional Autónoma de México. En ella, se propone que los patrones geométricos presentes en las pinturas de las cavernas (con una edad aproximada de 40 mil años) muestran patrones similares a pesar de su ubicación geográfica, lo que sugiere un sustrato común en su origen, que los científicos ubicarían en la relación de los chamanes/artistas con los efectos de sustancias alucinógenas. La recurrencia de ciertos patrones geométricos en la cultura simbólica-material de muchas culturas prehistóricas, comenzando poco después del surgimiento de nuestra especie biológica y continuando en algunas culturas indígenas hasta hoy, se explica en términos de los característicos contenidos de las experiencias alucinatorias biológicamente determinadas. En otras palabras, las reacciones a ciertas sustancias alucinógenas y la forma en que los estados alterados de conciencia produjeron estas representaciones simbólicas, tendrían un sustrato biológico, y los patrones geométricos no serían otra cosa que lo que la matemática conoce como “inestabilidades de Turing”, una serie de patrones gráficos que son consistentes a lo largo de distintas culturas a través del tiempo. Esto sugiere, además, que lo que los chamanes representaban en las pinturas hechas durante el trance no eran propiamente visiones, sino representaciones de los patrones neuronales vistas a través de la hipersensibilidad posibilitada por los alucinógenos, lo que les conferiría su importancia y significación ritual. Los científicos sugieren que los patrones representados tanto en las pinturas prehistóricas, como en la iconografía de indígenas más cercanos a nuestro horizonte temporal, serían pues representaciones mentales de patrones neuronales, cuyo rango de diferenciación, sin embargo, permanece severamente limitado, lo que explicaría el parecido entre las representaciones culturales en pueblos lejanos en el tiempo y el espacio.
Cueva de Niaux (Francia)
En el terreno de las formas, las inestabilidades de Turing describen cuatro tipos de patrones: 1) rejas, grecas, celosías, filigranas, panales y ajedrezados; 2) telarañas; 3) túneles y embudos, conos y vasos; y 4) espirales. Estos sustantivos son referencias a las formas producidas, que en realidad pueden transformarse y crear referencias nuevas; sin embargo, lo que interesa a los científicos estudiando las cavernas prehistóricas es que las formas de las inestabilidades de Turing se parecen a muchos de los motivos abstractos comúnmente asociados con el arte prehistórico alrededor del mundo, incluyendo el arte paleolítico en Europa. Por la parte del comportamiento, los científicos sólo pueden especular que la radical diferencia e hipersensibilidad de la percepción sensorial de los estados alterados de conciencia en comparación con la conciencia “normal” sería lo que otorgaría gran significado a los rituales con plantas como el peyote, la ayahuasca o la salvia divinorum, rituales que siguen siendo estimados y practicados por muchas culturas en nuestros días. Llegar a una explicación concluyente y multidisciplinaria para explicar el sustrato biológico o evolutivo de nuestras representaciones visuales durante los estados alterados de conciencia depende del avance de la neurofenomenología, la cual no está suficientemente avanzada para explicar el contenido particular de estas experiencias. Lo que intentan sugerir, frente a la comunidad científica (pues esta investigación se coloca en una zona fronteriza entre varias jurisdicciones, como la matemática, la antropología y la neurología prehistórica), es la hipótesis de que cuando estos patrones visuales son vistos durante estados alterados de conciencia, son experimentados de manera directa como altamente cargados de significado; en otras palabras, los patrones son percibidos directamente como algo significativo y por lo tanto se ofrecen a sí mismos como motivos sobresalientes para su uso en rituales. La investigación recuerda los estudios de David Lewis-Williams, si bien esta nueva investigación intenta aportar una teoría de apoyo a los mismos, a partir de la contribución de Alan Turing y de sus llamadas "inestabilidades de Turing". De algún modo se ofrece una explicación que procura sistematizar el origen del conjunto de imágenes prehistóricas geométricas, que se aborda también en otros estudios.
Tipología de símbolos no figurativos. Genevieve von Petzinger
2. Una estructura cerebral cognitiva universal
Genevieve von Petzinger (Universidad de Victoria, Canadá) comenzó a elaborar hace años una base de datos con los símbolos que aparecen en distintas cuevas del Paleolítico, con lo que pudo comprobar que muchos aparecen de forma constante en diferentes cuevas del planeta entre los 30.000 y los 10.000 años. La hipótesis que defiende Petzinger es que existió un código simbólico universal con significado propio anterior a la escritura que, aunque careciese de gramática (por lo que no se le puede considerar como escritura),  sí que sirvió para la comunicación de ideas o conceptos entre distintos grupos; cree que este sistema fue pionero y se traduciría en la aparición de la escritura posteriormente. Su labor de recopilación le ha llevado a comprobar que  existen unos 26 signos que se repiten de forma constante; aunque ha ido ampliando el área de estudio y ha identificado algunos más. Con su estudio, ha  descubierto que hace 30.000 años ya se usaba el 70% de los  signos del código; estos signos  fueron utilizados durante 20.000 años sin interrupción en casi todas las cuevas prehistóricas datadas entre 30.000 y 10.000 años.  La mayoría son símbolos básicos (líneas, espirales, puntos, cuadrados…) pero también los hay más complejos, símbolos abstractos que transmitirían una determinada idea.  El significado de los símbolos se ha perdido con el paso del tiempo, por lo que es imposible descifrar su significado. A pesar de que ya se habían realizado anteriormente estudios sobre los símbolos que aparecen en distintas cuevas, nadie había realizado una base de datos tan amplia con el objetivo de comparar los signos de todas ellas; sin duda es un trabajo admirable y que debe tener su reconocimiento, al margen de que se pueda o no estar de acuerdo con las conclusiones.
Los símbolos de la Humanidad en la Edad de Piedra. Genevieve von Petzinger
Científicos como Richard Klein (Universidad de Stanford), o Nicholas Conrad (Universidad de Tübingen, Alemania) consideran que la conducta humana avanzada -que implica el uso de símbolos complejos, el arte y herramientas sofisticadas- no apareció hasta hace unos 35.000 años, durante un repentino florecimiento de la creatividad llamada “el gran salto adelante”. Señalando que obras como las de Chauvet, Lascaux y otras cuevas, así como los descubrimientos que sugieren los instrumentos musicales, las barcas y objetos religiosos, se hicieron por primera vez alrededor de este tiempo, los defensores de esta teoría argumentan que un cambio abrupto en nuestro comportamiento -posiblemente debido a mutaciones en el ADN que afectaron a nuestro intelecto y a las estructuras cerebrales- se produjo a medida que los Homo sapiens comenzaron a llegar a Europa. Estos cambios entonces desencadenaron una revolución cultural que más tarde se extendió por todo el mundo. En contra de la opinión de quienes piensan que hace alrededor de unos  40.000 años se produjo en el continente europeo lo que se conoce como “el gran salto adelante”, un despertar repentino del pensamiento abstracto, para von Petzinger, y otros investigadores como Alison Brooks (Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural, Washington) y Peter Mitchell (Universidad de Oxford), hubo un pequeño grupo de signos sencillos que se inventaron en África, y luego en cada zona fueron apareciendo el resto. Desde Eurasia se habrían trasmitido a América. Muchos de los remolinos, cruces, círculos, ángulos abiertos y rayas, vistos en Francia se encuentran también en obras de mayor antigüedad en África. Ellos argumentan que hay un montón de evidencias que indican que los humanos habían alcanzado su potencial intelectual mucho antes de que salieran de África. Recientes descubrimientos realizados en el sur de África incluyen pequeñas puntas de sílex, las cuales pueden ser las primeras flechas que se han hecho, y piezas bellamente diseñadas de ocre que sugieren trabajos artísticos y ornamentos estaban siendo creados entre 70.000 y 100.000 años atrás, descubiertos en 2009 por Christopher Henshilwood (Universidad de Witwatersrand, Johanesburgo). No hubo “gran salto adelante”, un concepto que Mitchell ha descrito como "un sin sentido eurocéntrico".
Formas entópicas. David Lewis-Williams
3. Las formas entópicas
David Lewis-Williams, ya se había dado cuenta de que ciertos tipos de símbolos aparecían regularmente en el tiempo y en el espacio (siempre dentro de un tiempo geológico en el que existiese la misma especie de homínido). Este investigador considera que el hecho de que distintos pueblos paleolíticos hayan llegado a realizar los mismo “dibujos” no se puede explicar por “difusión cultural”, si no que tiene que haber otra explicación. Debido a este fenómeno, llama a estos símbolos recurrentes “formas entópicas”. Para explicarlo aporta un modelo neuropsicológico, según el cual las imágenes son el resultado de una arquitectura cerebral cognitiva universal; se explica que cuando experimentamos estados alterados de conciencia (EAC) y llegamos a la etapa de estallido alucinatorio, las imágenes mentales que generamos y percibimos son las mismas o muy similares a lo largo del tiempo y el espacio. Finalmente el investigador concluye que las formas entópicas son derivadas de prácticas chamanísticas; es decir, que los chamanes son los responsables de las pinturas rupestres encontradas en las cuevas de toda Europa. Tal vez no es imprescindible ingerir plantas alucinógenas para llegar  entrar en un estado de trance en el que se tienen estas imágenes y visiones. No es necesaria la ingesta de psicoactivos para lograr entrar en estado de trance. Se ha constatado que a través de la danza, la música rítmica y movimientos espasmódicos del cuerpo, muchos chamanes lograban tal objetivo. Y al mismo tiempo, sin llegar a entrar en trance total, sino en sus prolegómenos, también se puede llegar a "visualizar" imágenes o signos de tipo geométrico, que serían los "fenómenos entópicos", también conocidos como fosfenos. Quizá las formas más simples (puntos, retículas), podrían aparecer por medio de danzas y ritmos monótonos, mientras que y las más complejas, se podrían deber a plantas alucinógenas concretas. Según algunos investigadores, tales visiones inducidas no son momentáneas, sino que persisten durante un cierto tiempo -quizá meses-, de modo que la periódica celebración de ceremonias en que se ingieren algunas de estas drogas, haría que tales fosfenos quedasen incorporados permanentemente en los individuos. De ahí que la visión de la realidad por parte de los individuos habituados a esta ingestión, incorpore inevitablemente los fosfenos a la visión real haciendo, por consiguiente, de esa realidad un mundo fantasmagórico que fácilmente es interpretado mediante mitos. 
Fragmento de ocre grabado (100.000 años). Cueva de Blombos (Sudáfrica). Foto: Christopher Henshilwood 2009
4. ¿Simples garabatos de niños?
Por su parte, otros autores como Jessica Conney defienden que la explicación más plausible es que los símbolos encontrados en diversas cuevas paleolíticas de Europa no son más que simples garabatos realizados principalmente por niños, por la razón que fuera, quizá con un significado ritual o simplemente para pasar el rato, algo tan simplista que para mí no pasa de un mero dato anecdótico dentro de las investigaciones serias sobre el tema. Como sea, todos los símbolos, sea cual fuere su origen y el por qué de su recurrencia, responden a la misma necesidad: perpetuar la memoria de los antepasados, transmitir esos conocimientos, y comunicarse entre sí, a través de símbolos en el arte paleolítico, signos recurrentes en las primeras escrituras, o palabras similares en los alfabetos modernos… Incluso unas 700 lenguas que hablamos hoy en día en Europa y Asia, de 7 familias lingüísticas que antes creíamos completamente independientes, parecen, según nuevos estudios, estar relacionadas entre sí, tener un origen común (gracias al descubrimiento de la pervivencia de algunas palabras de hace 15.000 años), de una lengua a la que se le ha llamado protoeuroasiático.
Signos de la no descifrada escritura Vinca, similares a muchos de los recurrentes en arte paleolítico

Bibliografía
Alonso, José Ramón. La "teoría alucinógeno" y la creación de patrones simbólicos aborígenes. http://rupestreweb.tripod.com/alucino.html
Froese, Tom, Alexander Woodward y Takashi Ikegami. 2013. Turing instabilities in biology, culture, and consciousness? On the enactive origins of symbolic material culture. Adaptative Behavoir 21(3):199-214
Lewis-Williams, D. 2002. The mind in the cave: Conscious- ness and the origins of art. Londres, UK: Thames & Hudson.
Lewis-Williams, D., y T.A. Dowson. 1988. The signs of all times: Entoptic phenomena in Upper Paleolithic. Current Anthropology 29(2): 201-245
Lewis-Williams, D., y D. Pearce. 2005. Inside the Neolithic mind: Consciousness, cosmos and the realm of the gods. London, UK: Thames & Hudson
Sharpe, Kevin, y Leslie Van Gelder. 2006. Evidence for Cave Marking by Paleolithic Children. Antiquity 80 (310): 937-947
Turing, A. M. 1952. The chemical basis of morphogenesis. Philosophical Transactions of the Royal Society.  Biological Sciences 237(641): 37-42
Lectura complementaria:
Enigmáticas escrituras del pasado. ¿Podremos algún día descifrarlas?

1 comentario:

  1. Espléndido trabajo, te agradezco esta valiosa información.
    Un cordial saludo.

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